jueves, 8 de mayo de 2008

Al borde del infarto.

He intentado ser un buen matemático.., no para satisfacer mi ego, simplemente con la intención de descifrar códigos. Pero al sumar y restar, multiplicar y dividir, prorratear y porcentuar; placeres, ocupaciones, ser y deber ser… de lo que pudiera ser mi vida… preferí seguir con las humanidades, que al menos no se proyectan en paramétricas hacia un saldo, que carece de sentido.

Ahondé también la poesía y casi pierdo el sentido. Creí que había oídos en un Mundo en pandemia consumista…y la poesía, no se consume; se siente. Al no poder incluirle efectos especiales, ofertas dos por uno o un viaje al Caribe, opté por donarla a la Asociación del recuerdo y canjearla por caricias, besos y sonrisas. Hoy me escribo poesía a pura improvisación en la memoria y me la remito vía intro-currier, para justificar el llevar un lado sensible de mi alma.

Quince años después de ver como perdía un 20% de las arenas que vieron germinar mis primeros charcos de barba, escuchar hablar de “cambio climático” como un descubrimiento reciente en una sociedad que se jacta de inteligente y científica… me agota. Agota mis reservas de paciencia. Que un cuasi presidente Norteamericano, se asuma como el Gandhi de la ignorancia Humana y sea lanzado al Mundo, embanderando el Derecho a defender el criterio más elemental que debería de tener La Raza Inteligente (La de preservar su habitad); para que sea luego su País, sus amigos, sus parientes, su anhelada y venerada estructura política, la primera en negarse a dar un primer paso hacia la estupidez de hacer creer que los ciclos naturales ya ultrajados pueden ser revertidos… me permite el derecho de decir…me retiro. ¡Que este pobre hombre no lo sabía!!!!!!! Es demasiada estupidez junta para una sola vida. Prefiero una buena comedia en el teatro La Imperdible de Sevilla, a seguir generando esperanzas en las políticas pro sentido común, que obviamente, no cuentan con el más común de los sentidos…

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