domingo, 11 de mayo de 2008

En el comercial día de la madre

Querida madre
Me inspira este día, que fue creado para que sea un gran acontecimiento económico anual utilizando tu figura, para dejar estas líneas a modo de recuento.
Ciertamente ha sido, y lo sabes, una honra y un placer único, haberme tocado ser tu hijo en esta suerte de ruleta cósmica.
He tenido la suerte de haberme gestado en tu vientre y creo que hemos tenido muchas suertes más, así como las has tenido.
Has tenido la suerte que ninguna bomba de todas las arrojadas en Italia durante la segunda guerra te quitara la vida, no todos han corrido con esa fortuna; ya que es un azar, en el que muchos perdieron la vida. Y suerte también, que todos los soldados que pasaron junto a ti, ninguno hubo de acometer contra tu persona por puro odio, enfermedad o demencia; como ocurre hasta en estos días en tantas partes del Mundo, en donde no solo la batalla deja su saldo de cadáveres.
Tuviste la suerte, que el viaje que te trasladó hasta Argentina junto a toda tu familia llegara hasta el puerto de destino. Hoy hay tantos barcos dejando cadáveres en los mares, de gente que al igual que tú, buscan simplemente algún lugar en donde vivir sin ser violados diariamente en sus derechos elementales, y como los de extramuros de las épocas feudales de tus tierras, son devueltos a la hoguera.
Tuviste la suerte de llegar a países en donde los poderosos necesitaban crecer económicamente, por lo que les fue permitido quedarse y trabajar, y formar una familia. De otra forma, podrías haber perecido en el mar, buscando una tierra, de las que se dice, es el derecho universal de cada Humano.
Y allí tuve la suerte yo, de nacer de tu vientre y en esos países. Podría haber nacido de otro vientre y llegar, con suerte, a los 8 años con 8 kilos de peso, simplemente por que no habría sido de interés para los poderosos.
También la suerte que eran países que no estaban interesados en malgastar sus dineros curándome de enfermedades, por lo que calcularon que era mejor prevenirlas y por cuidar sus dineros, me cuidaron, y llegué hasta aquí.
Tuve la suerte que en esos países los poderosos necesitaban mano de obra calificada, por lo que nos facilitaron la enseñanza, que si bien he podido utilizarla para desarrollar mi juicio crítico, era la intención que formara otro engranaje de ésta máquina ensambladora de ciudadanos. De otra forma, sería uno de los que forman la mayoría, que solo es necesario como herramienta no pensante.
Tuve la suerte también que los gobiernos de esos países no se fundieron con el poder religioso. De lo contrario estaría formando parte de estas guerras interminables, por deberme a un Dios, que no es otra cosa que otro poderoso que también se esconde bajo la ignorancia de la gente que ellos mismo producen y llena sus entrañas con consignas del más allá.
Tuvimos la suerte se sobrevivir, habiendo coincidido con la época del exterminio ideológico en continentes enteros, época que aún había algo de prudencia y se utilizaban otras personas para exterminar inconvenientes de los poderosos. Y logramos sobrevivir a ello sin dejar de pensar y sin ser vistos. No nos torturaron, ni nos separaron, ni nos aniquilaron.
Hoy tenemos la suerte de vivir en países que necesitan trabajadores capacitados, por lo que, aprendiendo de los miedos de la religión en cuanto a que; portarnos bien bajo sus criterios nos asegura un post mortem paradisíaco…trabajando toda la vida nos asegura que cuando no les seamos más útiles, tendremos algo de donde comer y sobrevivir…como te ocurre a ti…y por suerte…ya que eres una de cada cinco en el Mundo…al igual que yo.
Y por esta suerte pude ver crecer a mis hijos, que quedaron fuera de ser uno de los que muere de hambre cada tres segundos, por ser material útil.
Y por tantas cosas más hemos tenido tanta suerte… que a veces hasta nos quejamos.
Por el insignificante tiempo que hemos de estar aquí, hemos tenido mucha suerte y la mayor, ha sido ser tu hijo, que me has enseñado que el amor, es de mí, mi mayor riqueza…de otra forma, estaría feliz de haber recorrido ésta vida a pura suerte y sin dejar otra cosa, que la pura casualidad de haber llegado hasta aquí.

viernes, 9 de mayo de 2008

Estreñimiento creativo

Estreñimiento creativo…

El “estreñimiento” como decía el maestro Dumas Oroño, es un estado transitorio inevitable del creativo. Se asemeja al momento aquel, en que estando en plena conversación con alguien, invocamos la famosa frase: “Cómo era esa palabra…” y dejamos al oyente a la espera de una búsqueda, que tal vez, no sea siquiera necesaria.

Miguel Ángel Pareja, gran Maestro, invocaba la continuidad, la no espera. El silencio marca el fin y un recomenzar inevitable. Los retoques no son retoques, son otra obra, una diferente. En ese caso el estreñimiento es sólo un instante en donde el acto creativo finaliza por si sólo, sin mediar decisión del “comunicador”.

Por mi parte, aún alumno, considero al estreñimiento de Dumas un problema de la herramienta y a la continuidad de Miguel, el camino. Ante el uno o la otra, se debe cambiar de herramienta. El acto creativo no se detiene jamás, equivocamos la herramienta a utilizar. Será por ello tal vez, mi devoción por Pablo o Leonardo, quienes siempre encontraron la herramienta precisa para seguir andando.

El estreñimiento se recompone en si mismo, la continuidad encuentra su verdadero cauce y el acto creativo continúa su erupción inevitable más allá de los detalles técnicos a los que se avocan los especialistas.., aquellos que dedican el tiempo de estreñimiento, a justificar el silencio por medio de la depuración de la técnica.

Y es que nada es más o menos, y menos aún despreciable; son formas, en donde lo único valedero es la autenticidad de la expresión, a la que se ajustan luego los detalles críticos. Y es que si la crítica tuviera valor creativo, no habría lugar a nuevas formas y no en vano, toda nueva forma nace en contra de las críticas. Se dice siempre que el artista se adelanta a su época y que la gente no lo comprende por un desfasaje temporal. ¿Tal vez sean los críticos los únicos iluminados? No creo que sea de esa forma. Sería interesante dar al observador las herramientas necesarias para leer una obra, en lugar de esperar el pronunciamiento de la crítica, en algo tan individual como el arte y tan subjetivo como su interpretación. Tal vez sea éste un buen comienzo, para esto que tendemos a llamar, una sociedad libre.

jueves, 8 de mayo de 2008

Fumar mata...

Hoy que la humanidad no respira sino que se asfixia en su propia soberbia, hoy.., intento decir adiós al cigarrillo. Que de los males el de peor imagen, ocultando quizás, una atmósfera que ni filtro lleva.

¿Si me siento imbécil?

¡Si claro! El cigarrillo es una opción personal, algo de mi libre albedrío.

Además sabemos que el antitabaco se profesa por ser el tabaquismo, muy costoso para el Estado, no irán a creer que alguien se preocupa por mi salud… Bueno, ciertamente por la de nadie ya que, si no fuera ésta un buen negocio no existiría.

Tal vez si en un mañana el petróleo dejase de ser negocio, comenzarán con el anti-automovilismo, que mata más gente que el tabaco. Habrán visto que hoy se presta más atención, cuando alguien compra un auto, a la seguridad que ofrece, que a otro tipo de prestaciones. Es decir, no se previene el accidente, si no que se bajan costos de asistencia. Y es que los sistemas de seguridad no modifican al conductor. ¡Qué moralismo!

Y dejar de fumar no es una cuestión sencilla. Más allá de la adicción está el placer de hacerlo y el cuestionamiento es siempre el mismo:”Más acá o más allá habrá uno de morir algún día”. Y las voces asoman inoportunamente:”está bien, pero tampoco hay que darle una mano”. Y es que ambas posiciones son válidas, pero a cuál prestar atención es la cosa.

Podemos decir que el cigarrillo mata, pero jamás pensar que el dejar de fumar nos hará más longevos, ya que de índices de mortandad artificial estamos colmados: automóviles, electricidad, contaminación ambiental, químicos en los alimentos, estrés, delincuencia… Digamos que hoy día es más difícil fallecer de muerte natural que otra cosa.

Y si por otro lado, nos concentramos en dejar todo aquello que nos pudiera proporcionar una muerte apresurada..¿Qué haríamos con nuestras vidas?

Evidentemente vivimos de frases hechas que no sabemos ni siquiera su origen y menos su sentido.

Creo, al fin de cuentas, que un motivo real para dejar de fumar es el ahorro de dinero que se pudiera volcar a otras necesidades. Al menos es coherente con lo irracional de vivir ciudadanamente. ¿Qué si vivir no me importa o que no doy valor a la vida? De ningún modo. Pero intento sea lo más sincera posible. Si las cajillas de cigarrillos llevan un rótulo que dice: “Fumar mata” ¿Qué deberían decir entonces los automóviles, el alcohol, las drogas, el estrés, etc? Terminaríamos rotulando “coparticipar en la vida moderna, mata”. ¿O no?

Bueno, encenderé un cigarrillo para pensar en esto y veré que hago…

Al borde del infarto.

He intentado ser un buen matemático.., no para satisfacer mi ego, simplemente con la intención de descifrar códigos. Pero al sumar y restar, multiplicar y dividir, prorratear y porcentuar; placeres, ocupaciones, ser y deber ser… de lo que pudiera ser mi vida… preferí seguir con las humanidades, que al menos no se proyectan en paramétricas hacia un saldo, que carece de sentido.

Ahondé también la poesía y casi pierdo el sentido. Creí que había oídos en un Mundo en pandemia consumista…y la poesía, no se consume; se siente. Al no poder incluirle efectos especiales, ofertas dos por uno o un viaje al Caribe, opté por donarla a la Asociación del recuerdo y canjearla por caricias, besos y sonrisas. Hoy me escribo poesía a pura improvisación en la memoria y me la remito vía intro-currier, para justificar el llevar un lado sensible de mi alma.

Quince años después de ver como perdía un 20% de las arenas que vieron germinar mis primeros charcos de barba, escuchar hablar de “cambio climático” como un descubrimiento reciente en una sociedad que se jacta de inteligente y científica… me agota. Agota mis reservas de paciencia. Que un cuasi presidente Norteamericano, se asuma como el Gandhi de la ignorancia Humana y sea lanzado al Mundo, embanderando el Derecho a defender el criterio más elemental que debería de tener La Raza Inteligente (La de preservar su habitad); para que sea luego su País, sus amigos, sus parientes, su anhelada y venerada estructura política, la primera en negarse a dar un primer paso hacia la estupidez de hacer creer que los ciclos naturales ya ultrajados pueden ser revertidos… me permite el derecho de decir…me retiro. ¡Que este pobre hombre no lo sabía!!!!!!! Es demasiada estupidez junta para una sola vida. Prefiero una buena comedia en el teatro La Imperdible de Sevilla, a seguir generando esperanzas en las políticas pro sentido común, que obviamente, no cuentan con el más común de los sentidos…

Los he conocido...

“Por suerte a mí, no me interesa el dinero, pero… Yo no soy una persona inteligente, pero quisiera decir que… Yo soy demasiado bueno, por ello a mi siempre… “

He leído del sueño del Mundo como lo explicaban los Toltecas…

Me refuerzo en la idea que somos nuestro propio sueño.

He visto como cada quien dibuja su propio sueño de vida; se inventa, se pinta…se elabora a si mismo.

Y así aquellos que hablan del sueño ajeno; del consabido juzgar en su micro-dictadura moralista. La veracidad de ese sueño claudica cuando se sueña para los espectadores; es decir, cuando se comercializa el sueño.

Y no dejo de admirar al querido Fromm…que diferente es, ser que tener… siempre se nota.

¿Cómo se descubren estos falsos soñadores?

Un Hombre de piel oscura, no vive diciendo a los demás, que su piel es oscura. Primero, por que es evidente a simple vista y segundo por que él es así, conforma su totalidad individual. Diferente es si tiene afecciones racistas. En ese caso, aclarará que es de piel oscura, al igual que aquel de piel clara.

Lo mismo ocurre con la palabra, cuando reiteradamente recae sobre lo que se quisiera, fuese su sueño. Cuando se repiten constantemente ciertas cualidades o defectos, es por que se sabe ser lo opuesto, y existe la necesidad de afirmarse lo otro. Se comercializa una imagen que parte de un engaño, no es auténtica; y es que no dice lo que es, dice lo que entendió que debe ser. Deja de ser su sueño, para ser un panfleto social. Es decir, que quien es de determinada forma o manera, simplemente es.

Quien no se acepta como es, vivirá hablando de lo que en realidad quisiera ser, como si realmente lo fuera… una forma de auto-convencimiento por repetición autómata, de ocultar sus vergüenzas, de querer que así se lo vea, una comercialización del sueño de su Mundo.

Aquellos que viven de decir lo que son, lo que tienen o recalcan lo que no son o no tienen… simplemente aclaran el contrario.

No participan del sueño de la vida, ya que en realidad, ni siquiera se permiten vivirla como son. Es otro “derecho individual” por así decirlo y siempre habrá quienes compren su publicidad, y por lo general, se creen dueños de la verdad… de otra manera, sabrían que muchos son los que ya los reconocemos.